jueves, 29 de septiembre de 2011

Un deseo

Era la hora en que las sombras comienzan a ganar su batalla diaria al sol. Ella estaba sentada en una mecedora en el balcón, donde el sol aún oponía resistencia. Su rostro apacible reflejaba que, a pesar de todo, había sonreído mucho en su vida. Sus manos, juntas en el regazo, ocultaban algo a la vista de los profanos que se encontraban en el salón, donde la penumbra les amparaba. Sus pies, cruzados, presionaban levemente el suelo para guiar a la mecedora en su vaivén. La mirada, perdida en el horizonte.
De pronto, sus ojos enfocaron al pasado. Allí estaban. Miles de imágenes superpuestas, rostros y cuerpos que cambiaban con el paso del tiempo. Los mismos ojos, la misma sonrisa, el mismo calor…
No era fácil encontrar tanta buena gente junta, porque si algo caracterizaba a ese grupo era su calidad humana, eran buena gente. Nunca un mal gesto, un mal modo, una palabra descolocada...
Ella lo sabía. Siempre lo supo. Y estaba orgullosa de cada uno de ellos. Todavía hoy, cuando su canosa cabeza ya no sobresalía por encima de las de ellos, sus ojos les miraban con una mezcla de ternura, orgullo, respeto y cariño.
Cuánta vida a sus espaldas. Cuánto camino recorrido en solitario y, sin embargo, de cuando en cuando, una voz se alzaba pidiendo reunión, un silbido solicitando ayuda, un corazón queriendo compartir, y los caminos confluían durante el tiempo necesario para hacer saber que lo vivido, lo sentido, lo compartido durante la infancia y la adolescencia tenían esa fuerza que siempre los mantendría unidos.
¿Y ella? ¿Qué había pintado ella en sus vidas? Esa pregunta habría que hacérsela a los otros aunque a ella le gustaba fantasear con que había sido una especie de faro; un lugar de referencia.
Ahora estaban todos allí, en su salón. Charlando animadamente. Poniéndose al día. Los hijos correteaban entre los mayores.
Cerró los ojos e hinchó los pulmones. Soltó el aire en un suspiro y sonrió plácidamente. Sus manos se abrieron para mostrar una vieja foto con piernas larguiruchas, coletas y sonrisas.