lunes, 20 de agosto de 2012

Cada noche

-No consigo recordar qué es un hada –dice Pedro, confuso, a su esposa.

Aún lleva en las manos el libro de cuentos que lee cada noche a su hijo.

Ella le mira a través del espejo arqueando las cejas.

Él, suspirando, se desploma en el sillón:

-Sólo recuerdo esa melodía... –dice cerrando los ojos.

Ella le besa dulcemente y él sueña con un frondoso bosque y una melodía que le conduce hasta un viejo roble en cuyas ramas, una hermosa muchacha se peina su larguísima cabellera, envolviéndole con su mirada violeta.

Mientras, su esposa se cepilla el cabello y sus ojos sonríen con una chispa violeta.

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