viernes, 28 de noviembre de 2014

EL AMOR TIENE RAZONES...

EN REALIDAD ESTO DEL AMOR NO TENÍA NINGUNA LÓGICA, se dijo a sí mismo mientras la miraba. No había ninguna duda: la amaba. Lo que no lograba entender era por qué a ella; por qué le sucedía eso a él, un hombre normal, tranquilo, serio… Él imaginaba una vida como la de cualquier otro: tener novia, acabar juntos la carrera, trabajar, casarse, tener hijos… Pero un día, él la miró y ya no pudo desprender sus ojos de aquella mujer con tanta vida a cuestas. Y ella le siguió sin titubear. Definitivamente, aquello no tenía lógica. Pero bendito disparate, concluyó mientras una a una apagaba las diecinueve velas.

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