jueves, 9 de julio de 2015

MI LEALTAD ES PARA CON LOS NIÑOS VI

Epílogo

      Si usted es un ser humano que escogió ser maestro y tiene la mala suerte de compartir espacio con ese habitante de La Chusma, en cuanto sea testigo de alguno de los pasos del procedimiento, denúncielo, por favor. Usted es bueno y quiso ser maestro porque amaba su profesión y quiere a los niños, proteja a esa criatura y sepárela de su agresor. Él ofende su profesión y también a usted le perjudica.
            Si usted es un ser humano que escogió tener control sobre cualquiera de los aspectos educativos y sobre las personas implicadas en la educación, tenga en cuenta que esto no es una patata caliente, es un niño que tiene derecho a crecer con dignidad y que tiene derecho a ser respetado. No mire hacia otro lado, por favor, sus subordinados tienen el deber de educar y enseñar, y el que no lo hace, incumple con su obligación. Él es quien actúa mal y a quien hay que alejar, no a la víctima. Usted está ahí porque quería velar para que todo funcionase correctamente, no permita que le impidan cumplir con su función.
      Si usted es un ser humano a quien su hijo le cuenta que tiene un compañero al que le pegan o insultan o que este niño se comporta de una manera que, su sentido común de adulto, no puede comprender, hable con los padres del niño y póngase en alerta: su hijo no está en un ambiente adecuado y la culpa no es del otro niño. Algo le ocurre a esa criatura y está pidiendo ayuda a gritos. Y sobre todo, piense que esa criatura podría ser su hijo o podría ser el próximo acosado.
      Si usted es un ser humano cuyo hijo es acosado, no está sólo, no es culpa de su hijo y usted tampoco tiene la culpa, todo ello a pesar de lo que quieran hacerle creer los eternos aspirantes a humano que se empeñan en destruir a nuestros niños.
      Y si eres un ser humano al que está acosando esa chusma, tú no eres el problema, no eres raro, ni nocivo. Puede que seas distinto, pero todos somos distintos, afortunadamente. Eres maravillosamente distinto y te damos las gracias por enriquecernos. Sé fuerte, pide ayuda y aléjate de esos eternos aspirantes a ser humano, porque ellos son los tóxicos. Y llegará el día, en el que tú brillarás como el extraordinario ser humano que eres.

2 comentarios:

  1. Qué tristeza!
    En este país tenemos un sistema que vela por la salud física con una calidad, y recursos, al menos al nivel de los países de nuestro entorno. Todo lo que tenga que ver con la salud emocional y mental está a años luz de la anterior, tanto en calidad como en recursos. Estas personitas en lugar de contar con el equivalente a costosas resonancias magnéticas, trasplantes o píldoras milagrosas, reciben la espalda del sistema público como receta para su bienestar.

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  2. Tienes razón, anónimo, el sistema no les ayuda, dependen de las personas que conforman este sistema y hay que luchar para conseguir cambiar el sistema dotándolo de los mejores. Ellos lo merecen.

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