lunes, 8 de febrero de 2016

¿CÓMO CONSEGUIR QUE LOS NIÑOS PRONUNCIEN CORRECTAMENTE?

      Ya sé que ésta no es una entrada como a las que os tengo acostumbrados, pero es que el otro día me dijeron que por qué no patentaba el método y he pensado que, en vez de eso por qué no compartirlo con vosotros.
      Todos conocemos algún niño que no es capaz de pronunciar bien algunos sonidos. Lo que habitualmente hacemos padres y profesores es pronunciar correctamente la palabra para que el niño la repita. Pero no siempre es fácil ni sale a la primera y, como el niño sea pundonoroso, la hemos liado porque se negará a repetirla.
      Bueno, pues como yo me he encontrado a muchos niños pundonorosos a lo largo de mi vida como maestra, tía y, finalmente, madre, he ideado un sistema que funciona y que hace que el niño aprenda solo y se corrija sin tener que repetir la palabra maldita.
      El sistema se basa en mis estudios de fonología. La mayor parte de estos errores fonéticos se producen porque el niño no sabe dónde articular el sonido. Me explico, los sonidos se describen atendiendo a unos rasgos distintivos que los hacen diferentes unos de otros. Unos tienen que ver con la participación o no de las fosas nasales en la emisión del sonido (sonidos nasales u orales); otros con la vibración o no de las cuerdas vocales (sonidos sordos o sonoros); otros en cómo pasa el aire a través de los distintos órganos cuando emitimos el sonido (sonidos oclusivos, fricativos, africados, laterales o vibrantes); y, por último, dónde se articula ese sonido, es decir, qué órganos intervienen para producirlo (sonidos bilabiales, labiodentales, alveolares, dentales, o velares).
      Éste último grupo es el que lleva a error casi siempre, porque los niños no confunden sonidos orales con nasales (a menos que estén resfriados), ni sonidos sordos con sonidos sonoros (jueco en vez de juego), ni sonidos en los que el aire, por ejemplo, primero encuentra un obstáculo y luego pasa libre, con sonidos en los que el aire pasa rozando, (tuego en vez de juego). No. El problema se da cuando dos sonidos son casi iguales salvo por el pequeño detalle de que no se articula en ese sitio: por ejemplo dicen juebo en vez de juego.
      Por eso, si sabemos dónde se articula el sonido, basta con señalar el punto concreto con la mano a los niños, ellos buscarán ese punto y pronunciarán correctamente. Pero lo mejor de todo es que cada vez que vayan a pronunciar ese sonido, y hasta que lo dominen, los veréis colocar sus dedos en ese punto y pronunciar el sonido a la perfección.
      Os dejo la lista de signos que uso yo para que lo probéis y ya me diréis el resultado:

  • Para pronunciar los sonidos /m/, /b/, /p/: llevarse la mano a los labios cerrados mientras se pronuncian.
  • Para pronunciar el sonido /f/: llevarse el dedo índice al labio inferior mientras se pronuncia para que el niño sienta el aire sobre el dedo.
  • Para pronunciar el sonido /ϑ / de zapatilla, cera o cielo: simular que cogemos nuestra lengua con dos dedos, mientras pronunciamos el sonido.
  • Para pronunciar los sonidos /t/ y /d/: tocar con el dedo índice los dientes superiores cuando pronunciamos el sonido.
  • Para pronunciar los sonidos /l/, /r/, /s/ y /n/: señalar con el índice dentro de la boca bien abierta para que el niño vea dónde se coloca la lengua.
  • Y para pronunciar los sonidos /g/ de gato o guiso, /k/ de casa o queso y /x/ de jamón o gente: llevar los dedos al cuello y colocarlos en la garganta mientras pronunciamos el sonido.

      No os preocupéis si os parecen muchos gestos. Mi experiencia es que las confusiones más comunes son las del primer y último punto, con lo que los niños sólo tendrán que poner sus dedos en los labios o en la garganta.
      Espero que os sea útil.


No hay comentarios:

Publicar un comentario